Margarita Xirgu ha sido la actriz de teatro más importante de principios del siglo xx. Los mejores escritores la elegían a ella para representar sus obras. Su dominio del escenario la encumbró a cotas no conocidas por una mujer en aquellos tiempos. Y entre todos aquellos autores que hacían cola en la puerta del camerino de la Xirgu, destacó el genio de Federico García Lorca. La comunión que llegaron a tener la actriz y el poeta trascendió lo profesional, surgiendo una gran amistad que duró más allá de la muerte del poeta.
Exiliada en Iberoamérica, donde huyó de la represión de la dictadura de Franco, siguió su carrera de actriz llegando a ser directora de una escuela de teatro. El dolor por estar fuera de España fue una herida abierta que la acompañó hasta el día de su muerte.
