Domingo 11 de septiembre de 1541. Santiago de Chile fue atacada por el pueblo mapuche, dispuesto a recuperar sus tierras. Ausente Pedro de Valdivia con el mayor grueso de sus fuerzas, la única defensa disponible eran treinta y dos jinetes, dieciocho infantes y unos cien yanaconas frente a más de diez mil guerreros indígenas.
Tras horas de cruento combate la rendición se tornaba próxima. Solo la rápida y astuta intervención de Inés Suárez, la primera española en pisar suelo chileno, decantó la balanza con una sangrienta acción que infundió valor a los defensores de la ciudad y terror a sus enemigos.