A pesar de las contundentes derrotas, la rebelión calvinista prosigue con fuerza en Flandes, convertido ahora en un peligroso y costoso avispero para la Corona española.
Guillermo de Orange sigue reclutando hombres y contando con el apoyo de grandes efectivos franceses: los hugonotes.
El gobierno del duque de Alba se verá enturbiado por los acontecimientos: el largo y sangriento asedio de Mons, la matanza de Gorcum, el sitio de Harleem y, cómo no, las duras respuestas de los calvinistas.
La guerra y el caos camparán a lo largo y ancho del territorio, dando fin a siete años de gobierno de mano de hierro, en los que dará comienzo, quizás en parte injustamente, la famosa leyenda negra del duque de Alba.