Diego García de Paredes fue una persona real, un hombre de carne y hueso que nació en Trujillo (Cáceres) y vivió a caballo entre los siglos xv y xvi.
Los relatos de sus hazañas nos transmiten la imagen de un héroe de la Antigüedad, dotado de una fuerza sobrehumana, que hizo que sus coetáneos le apodasen Sansón, como el famoso personaje bíblico.
Resulta prácticamente imposible creer que Diego fuese capaz de acometer solo a ejércitos y saliese indemne de ello. O que se batiese en duelo cientos de veces quedando siempre victorioso. Pero las crónicas de la época son unánimes en su admiración y en la certificación de los hechos.
No era un hombre de fortaleza descomunal y escasas entendederas. No, Diego dirigió hombres en el campo de batalla y sirvió a grandes señores como el papa, a emperadores como Maximiliano y Carlos o a nuestro rey Fernando el Católico.
El trujillano estaba predestinado por la naturaleza para ser un gran soldado, por su fuerza y por los acontecimientos que le tocó vivir. España empezaba a recorrer su camino imperial y el Sansón Extremeño ayudó mucho en esa tarea.
Podemos decir que Diego García de Paredes es uno de los grandes héroes de la mitología histórica hispana.